Después de una lluvia, la planta carnívora Nepenthesatrae con su dulce olor a hormigas y arañas que no cuentan con que sus hojas son tan resbaladizas que se deslizan sin remedio hacia sus "fauces" para ser devoradas. Basándose en esta planta, científicos de la Universidad de Harvard (EE UU) han desarrolladoun material que repele cualquier tipo de líquido, incluyendo la sangre y el aceite. Esta tecnología bioinspirada de repelencia de líquidos, dada a conocer en el último número de Nature, podría tener aplicación en el transporte de fluidos biomédicos (catéteres para donar sangre, etc.), el manejo de combustibles o la fabricación de anticongelantes. También permitirá crear ventanas que se limpian solas, paredes resistentes a los graffitis y mejores dispositivos ópticos, según sugieren sus creadores.
Hasta ahora, los científicos habían concentrado sus esfuerzos en imitar las hojas del loto, que son impermeables al agua gracias a una serie de microtexturas en su superficie. Pero el "efecto loto" no funciona bien con líquidos orgánicos o complejos, como los derivados del petróleo. Además, si la superficie se daña, por ejemplo por una helada, las gotas dejan de rodar por la superficie y quedan atrapadas. Sin olvidar que el método de fabricación es caro.
La estrategia basada en la planta carnívora, sin embargo, no utiliza nanoestructuras llenas de aire para repeler el agua, sino que es una fina capa de agua la que sirve de repelente. "El efecto es similar a cuando un coche hace aquaplaning, deslizándose los neumáticos por la carretera tras la lluvia en lugar de rodar" aclara Tak-Sing Wong, coautor del trabajo. Al usar una superficie repelente fluida, esta es totalmente lisa, se repara sola y soporta el frío, la humedad, las presiones altas (675 atmósferas a 7 kilómetros bajo el agua) e incluso una tormenta de nieve, como han comprobado los científicos. A esto se añade que se trata de un material fácil de fabricar y económico.